Cuando explicamos que es Mare Terra Fundació Mediterrània, decimos que nace en el 1993 a partir del movimiento vecinal de Riu Clar, para poder abordar tanto la problemática social como la ambiental.

Un claro ejemplo del movimiento vecinal en busca de respuestas lo podemos encontrar en “La Farola”, la Hoja Informativa de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Tarragona. Donde la lucha para el medio ambienta se hace más que visible con esta noticia del octubre de 1985.

“Queremos respirar” con el texto que la acompaña:

“Tarragona, famosa por sus monumentos romanos, signo de su antiguo esplendor, va por el camino de acontecer lo que los urbanistas dicen la “no ciudad”. ¿Qué le han hecho a Tarragona para llegar a esta situación? El proceso de industrialización, aquí, se inicia sin ningún tipo de planificación: ¡Dónde se ha visto, en una tierra tan pobre de recursos acuíferos tanta concentración de industrias químicas! Podemos decir que a causa de esto se ha destruido lo que teníamos: agricultura, turismo, ocasionando graves problemas para los pescadores… Los productos agrícolas del Campo pueden representar un peligro para la salud, por la contaminación, tanto atmosférica como por las aguas que se usan para regar (no hace falta preguntar si esto se ha mirado. ¡Total, para qué!). La industria petroquímica necesita un consumo de agua importante, muy superior al que puede posibilitar la zona. Esto ha roto el equilibrio hidrostático. Tenemos agua salinizada, putrefacta… (¡Los de la Tele municipal todavía hacen broma!). Esto ha imposibilitado el asentamiento de otros tipos de industria, con la creación de lugares de trabajo mucho más numerosos que los irrisorios de la petroquímica. Y el paisaje, ¡degradado!

Esta situación es mucho más grave e irreversible si no se toman medidas rigorosas que contemplen la defensa del medio ambiente y tiendan a la reordenación del espacio. Pero, cuanto más graves es la situación, menos voluntad parece que haya de dar remedios, y aquí entra tanto el Ayuntamiento, como la Generalitat como la Protección Civil. Porqué ellos no pueden olvidar un deber que tienen tanto por el voto, como por el sueldo: no pueden permitir que el pueblo al que representan y a quien dicen proteger, les sea difícil incluso al respirar. Denunciamos que no haya ningún plan preventivo para evitar estas angustias. Cuando toca correr, como últimamente ha pasado en la Floresta, y en los barrios del entorno, habláis mucho y ponéis un parche”.

Aquí os dejamos otro recorte del mismo diario, en el que se puede ver como en este movimiento era muchísima gente la que participaba.

Luchar por nuestra salud, por nuestro planeta y por nuestros derechos. No es una cuestión actual, es una lucha que arrastramos de hace décadas.

¡Cuidar y cuidarnos!